lunes, 6 de mayo de 2013

Tu casa no te odia. Es que no la comprendes (I)

¿Quién ante alguna avería en su casa, no ha recurrido alguna vez a la excusa escolar de "es que me tiene manía"? Cuando las bombillas se funden, gotean los grifos, en el techo aparecen grietas y se cae un azulejo, muchos tienen ganas de darle una patada a la pared olvidando que castigan más a su pie que a su "casa maldita".

Pero la pobre casita no tiene la culpa. Ni nosotros. Ni siquiera su constructor. Es sólo un problema de comunicación que intentaremos resolver en esta serie de pequeños artículos a modo de "Guía de la Construcción para Torpes", porque si en la actualidad todos conocemos como funciona el cuerpo en que vivimos, aún nos falta saber como funciona el lugar donde vivimos.

Una gran parte de la población ha escuchado montones de veces palabras como forjado, encofrar, enlucir, viga, hormigón armado, falso techo... Pero la mayoría no saben exactamente qué significan. 

Si quieres hablar con expertos sin quedarte con cara de tonto, y descubrir que ni un forjado es un hombre que se ha hecho a si mismo, ni enlucir es un modo elegante de llevar un vestido, presta atención y no tomes nota, porque no hace falta.

Como en Alquiforma nos gusta darle la vuelta a las cosas, empezaremos las casa por el tejado, en lugar de por los cimientos.

Imaginemos que tenemos un suelo. Un suelo cuadrado como el de vuestro salón por ejemplo, formado por azulejos uno junto a otro. Puede ser un suelo al aire libre o bajo techo, de una terraza o de una habitación, como queráis. Lo sorprendente de este suelo, es que flota en el espacio, sin nada que lo sustente, no tiene paredes, ventanas ni puertas. ¡Qué locura!, ¿no?. Pues mejor lo apoyaremos sobre algo que aguante su peso, no sea que alguien resulte herido... 

Lo mejor sería apoyarlo sobre algo resistente y que no se deforme, pero que no pese mucho. La opción más fiable es colocarlo sobre una placa gruesa de cemento... y para hacerla más resistente rellenaremos el cemento con barras de acero, colocándolas en forma de red o malla. ¿Lo ves claro?. ¡Pues enhorabuena!, ¡acabas de descubrir el hormigón armado! Es simplemente eso, el hormigón es una masa formada por polvo de cemento, arena y grava, y si le añadimos una "armadura" interna se convertirá en hormigón armado.

El hormigón armado es la base de la construcción en España
Pero ahora, nuestro suelo y su placa de hormigón armado pesan demasiado. Así que tenemos que quitar el exceso de peso, ahuecando el hormigón por la parte de abajo sin llegar a atravesarlo, como si usásemos una cuchara para helados.

Así lo que conseguimos es mayor resistencia, ya que el acero sigue dentro, pero tiene mucho menos peso. También conseguimos que conozcas el significado de la palabra forjado, que es esto ni más ni menos, una losa de hormigón armado aligerada sobre la que colocar un suelo de azulejo o parquet y ser felices.

En realidad, no es muy habitual reducir el exceso de peso del forjado con una cuchara para helados gigante, pero otro día trataremos sobre los métodos adecuados para hacerlo.

Ahora que tenemos nuestro suelo cuadrado, adherido sobre nuestro forjado resistente, tenemos que buscar un lugar donde apoyarlo, pero que no ocupe mucho y nos permita circular por debajo de todo el conjunto. Así que lo primero es buscar una parcelita que nos guste.

Como tenemos cuatro esquinas, lo más lógico, será clavar cuatro estacas altas en el terreno, y apoyar cada esquina del forjado sobre una de ellas. La lástima es que las estacas de madera puede que aguanten poco, así que si no os importa, cambiaremos la madera por hormigón armado. Así, sin casi darnos cuenta ni pagar permisos de obra, hemos creado cuatro pilares para sujetar el forjado.

Si toda esta escena la habéis imaginado con el paisaje de fondo de un prado verde, con largos tallos de hierba mecida por la brisa y una vaca blanca con manchas negras pastando entre el rocío de la mañana, seguid observando y veréis como nuestros pilares se van hundiendo poco a poco en la tierra húmeda hasta desaparecer y que nuestro suelo, que antes quedaba algo por encima de nuestras cabezas, ahora es un escalón solitario en medio del prado. La vaca ha escapado por los pelos de ser aplastada y ya no se le ve por ninguna parte.

¿Qué ha pasado? Que la leyes de la física han irrumpido en nuestra imaginación para darnos una bofetada de realidad. La gravedad existe. Y para luchar contra ella, los humanos hemos creado una rama del conocimiento que, aunque oculta bajo tierra, es la base de todos nuestros edificios, torres, casitas, catedrales, rascacielos y chalets: Las Cimentaciones.

Para seguir con el mismo método didáctico, ahora nos vamos del prado a la playa. 

Estás tumbado sobre la arena, disfrutando de este maravilloso sol de mayo, jugando con... un lapiz.

Observa que es muy fácil clavarlo en la arena, se hinca como si nada. Ahora buscas en tu bolsillo una goma de borrar, la pones sobre la arena, y presionando sobre ella con el lápiz, verás que te cuesta mucho hundirlos en la arena. Eso mismo, pero enterrado bajo el suelo, y usando nuestros cuatro pilares en lugar de lapices, y bloques de hormigón armado a los que se llama "zapatas", en lugar de gomas de borrar, es lo que se llama cimentación. 

Ahora disponemos de una estructura completa y segura, sobre la que podremos construir paredes y puertas y vivir tranquilamente en nuestro verde prado.

¡Ah!, y la vaca ha vuelto.




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